Frans Masereel
(1889 - 1970)
En 1894 los Masereel se trasladaron a la cercana ciudad de Gante, la ciudad de las tres torres. Aquí fue donde Frans Masereel descubrió su vocación de pintor y dibujante. Él mismo diría muchos años después que se inició intuitivamente en el momento que pudo sostener un lápiz entre sus dedos. En 1907, cumplidos los 18 años se matriculó en la Academia de Bellas Artes de la ciudad. Aquí se entregará incansable a la pintura y sobre todo al dibujo, pues es gracias a su habilidad y maestría con los lápices y la tinta como se introduce rápidamente en pequeños periódicos y revistas.
Masereel entrega disciplinadamente sus horas a su oficio y aunque reniega de toda formación académica, estudia incansable a los grandes maestros grabadores alemanes del siglo XV. A los que trabajaron con buriles sobre planchas de cobre y, sobre todo, a los que seguían apegados a la tradición medieval y trabajaban con gubias y cuchillos sobre tacos de madera. Fue un tal Queatre Boeufs, representante comercial de materiales para artistas, quién enseñó a Masereel los rudimentos del viejo oficio del grabado sobre madera. La xilografía.
Muy pronto las imágenes del horror en los campos de Europa, sus millones de muertos y mutilados, las bombas incendiarias, los gases y las ratas, emularan y superaran a aquellas otras visiones dantescas de muerte y destrucción de las estampas medievales. Los dibujos de Masereel se pueblan de miles de soldados desfilando camino del matadero por culpa de la avaricia de sus Estados.
El horror que lo atormenta es sin embargo fecundo. En 1916 encontramos ya sus estampas y sus dibujos contra la guerra en las revistas Demain, que dirige Guilbeaux, y en Les Tablettes, fundada por el propio Masereel junto al anarquista Claude Le Maguet, seudónimo de Jean Salives. Un año más tarde, en 1917, colabora con el periódico Le Fuille, una humilde y sencilla hoja que lanzará su acusación diaria a los gobiernos beligerantes entre agosto de 1917 y agosto de 1920.
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Ilustración para La Feuille. |
En 1919, al tiempo que aborda la realización de nuevas estampas xilográficas, retoma con fuerza los pinceles y expone por vez primera sus grabados, acuarelas y pinturas en la librería Kundig de Ginebra. Un año más tarde, en 1920, publica dos de sus mejores y más reconocidos trabajos.
1921 será también el año de la publicación del primer libro ilustrado por Masereel en España: Algunos secretos del corazón, un conjunto de relatos cortos de Henry Barbusse que editará Rafael Caro Raggio.
La ciudad de Frans Masereel es sin lugar a dudas una de las grandes obras del arte gráfico del siglo XX, el panóptico lúcido de una ciudad que puede ser París, pero también Berlín, Bruselas o Londres, una ciudad universal que se agita y se retuerce esclavizada por su propio dinamismo.
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Moulin Rouge (1930) |
En los años siguientes Masereel obtiene el reconocimiento unánime del mundo del arte europeo. Sus exposiciones se encadenan: Ámsterdam, Bruselas, Berlín, Múnich, París, Londres, Praga, Budapest, Moscú…
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Moscú, mayo de 1935. |
En 1937, junto a otros miembros de la Delegación de Pintores de París, Masereel, es invitado por el Gobierno de la República y visita España por vez primera. Durante su estancia, de la que apenas queda por desgracia referencia alguna, viaja a Barcelona, Madrid y Alicante y se involucra en los preparativos para la Exposición Internacional de París donde Pablo Picasso presentará el Guernica.
Por entonces el arte de Masereel ha sufrido un cambio de estilo. Las imágenes son ahora más decorativas y los antiguos ritmos quebrados y angulosos se resuelven en contornos más fluidos, y suaves. La resolución de sus grabados es también más realista y de una inspiración más pictórica. La influencia de Ruoalt y Picasso es a veces demasiado evidente. Se diría que el gran Masereel ha pasado y que los nuevos tiempos, los días del antifascismo, han puesto fin a aquellas estampas irrepetibles, ingenuas y geniales de los años 20.
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Gerd Arntz. Ocupación de una fábrica (1931). |
Con el final de la guerra Masereel retomará con intensidad su actividad pictórica y volverá a la técnica del grabado sobre madera. En 1946 aparece su Homenaje a Baudelaire ilustrado con 53 xilografías y en el 47 su Germinal de Émile Zola. Sus exposiciones en diferentes galerías y museos europeos volverá a ser constante. En 1949 fijará su residencia definitivamente en Niza. Se aloja en un piso frente al puerto donde vivirá hasta el final de sus días.
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Von Schwarz zu Weiß (1939) |
El 3 de Enero de 1970 a los 83 años de edad, Frans Masereel, el novelista sin palabras, muere en su nuevo domicilio de Aviñon. Días después las exequias oficiales se celebran en el Museo de Bellas Artes de Gante, la ciudad donde inició su viaje apasionado por la pintura, el grabado, la literatura, y la vida.
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Autorretrato (1957). |
Frans Masereel fue un gran artista que pasó por muchos momentos complicados a lo largo de su vida, en cada viaje al que iba se encontraba con situaciones socio-políticas diferentes y difíciles. El desarollo de su trabajo empezó desde los 18 años al ingresar a la Academia de Bellas Artes, donde encontró un gran talento que poseía respecto a las artes y las humanidades, empezó desde adolescente a descubrir la habilidad innata que poseía a través del grabado, la pintura, la ilustración, el dibujo y la literatura. Fue amigo de muchos escritores que honraron su trabajo y de muchos más artistas que formaron parte de su formación y ayudaron a su conocimiento, sus maestros de Bellas Artes fueron artistas que le dieron consejos que él posiblemente tomaría para toda la vida.
De un lado se puede saber que la vida que tuvo fue complicada en el sentido de que en sus obras se vio reflejada la visión que tenía la sociedad sobre las guerras y las huelgas que se cometían en esas temporadas, Masereel estuvo presenta en muchos conflictos y su depresión ante la humanidad aumentaba conforme el tiempo pasaba, él ponía en revelación a los manifestantes y causantes de estos momentos en sus grabados. De otro lado se conoce que Masereel tenía un amor a la vida y un respeto y admiración a las mujeres, por lo que eran su gran motivo para seguir adelante con su carrera.
Así pues, Frans es un ejemplo a seguir para los artistas cuando están en estas situaciones, ya que él logró seguir adelante con su carrera y en un punto, llegó a hacer de los más grandes artistas y sacó los mejores momentos de él, no sólo la depresión que se presentaba ante los nazis y el gobierno, sino el encanto de la vida.